Por Mauro Libi Crestani. Los conflictos de
recursos humanos general costos. Cuantificarlos no es tarea fácil en virtud de
que estos pueden ser visibles, es decir, los palpables derivados de las
huelgas, las renuncias, los despidos, y aquellos que son menos perceptibles,
como la ansiedad, depresiones, estrés que estas situaciones causan en los
trabajadores.
Los
costos emocionales no son cuantificables, pero sus consecuencias pueden ser muy
graves.
Dentro
de los costos que son medibles tenemos los gastos en abogados, litigios,
tribunales, liquidaciones, y aunque no todos los conflictos en el área de
recursos humanos derivan en este tipo de situaciones, hay muchos que pueden
permanecer imperceptibles y que se dan en las relaciones personales y pueden
durar, incluso, años. Estamos aquí en presencia de casos difíciles de tratar y
resolver.
Así
tenemos los costos en empresas familiares, la pequeña y mediana empresa, que
suelen ser el grueso de las que funcionan en los países y sobre las cuales
reposa buena parte del desarrollo.
Este
tipo de empresas por lo general tienen un mayor compromiso por parte del
personal en el crecimiento de la empresa, en virtud de que comparten los mismos
valores.
Pero al
mismo tiempo, esta cercanía de los miembros de las empresas, ligados muchas
veces por lazos familiares y personales, puede generar rivalidad o envidia
motivada a factores diversos, como la desigualdad económica o poca
competitividad. Y es que no todos los familiares que integran una empresa están
debidamente preparados para ocupar las posiciones que detentan.
Surgen
así problemas que no se cuantifican, pero que conllevan al declive de la
productividad y el rendimiento.
También
están los costos del tiempo que se invierte en la resolución de conflictos
internos y toma de decisiones.
Están
los costos por pérdida en la calidad de las decisiones que se toman debido a la
gran cantidad de energía que se invierte en asuntos de menos importancia.
Tenemos
los costos originados por la fuga del talento, del personal calificado. Esto
causa perdida de tiempo al tener que dedicar extensos periodos a la búsqueda de
nuevos recursos humanos y en entrenamiento.
Hay los
costos que se derivan de la baja productividad porque el personal está
desmotivado y sin ganas de trabajar.
Los
costos por el aumento de enfermedades ocasionadas por el conflicto y que se
traducen en ausentismo laboral, retrasos y bajas en las nóminas.
Igualmente
están los costos por daños ocasionados en las instalaciones a causa del
conflicto; los costos en las relaciones familiares causados por guerra de
intereses y de poderes.
En
estas situaciones la mediación es fundamental para lograr el entendimiento
entre las partes en conflicto. La idea es lograr la resolución tratando de que
nadie se sienta perdedor, sino, por el contrario, todos consideren que en han
ganado. (Mauro Libi)
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