lunes, 23 de diciembre de 2019

Proteínas vegetales para frenar el cambio climático



Alimento saludable en un entorno saludable parece ser la consigna que marcará al próximo 2020. Al menos eso se desprende del hecho mismo en que las consecuencias del cambio climático están afectando a los cultivos y los alimentos que consumimos. Lo que nos obliga revisar nuestra dieta y hábitos de consumo.

Parte de esos cambios significativos está en el consumo de proteína animal. Todos los alimentos necesitan agua y energía independientemente de si son transformados o no durante el proceso, pero son los alimentos a base de proteínas animales los que hacen un uso más intensivo de estos recursos y por lo tanto, tienen un mayor impacto en el medio ambiente.

“Los alimentos de origen vegetal y por lo tanto, su consumo, tienen un menor impacto sobre el cambio climático. Si lo comparamos con la producción de alimentos de origen animal producen menos gases de efecto invernadero”, así lo refrenda la nutricionista Laura González.

Para la especialista, el cultivo es una pieza clave para la fertilidad de la tierra y estos alimentos necesitan menos recursos para su producción que los de origen animal.

Y lo explica en estos términos: “Para producir un kilo de lentejas, se necesitan 1250 litros de agua mientras que para producir un kilo de pollo son necesarios 4300 litros”, compara.

Esas proteínas vegetales las encontramos en cereales como la avena, la espelta, la quinoa, el trigo, el amaranto, el trigo sarraceno, el centeno, o el mijo, entre otros. Lo mismo que en oleaginosas, semillas, frutos secos y vegetales de hoja verde.

“En el estudio The Lancet “Alimentos, Planeta y Salud” – prosigue la nutricionista - se indica que los sistemas de producción de alimentos provocan aproximadamente entre el 25-30 % del efecto invernadero, por lo tanto, la alimentación influye en el cambio climático y este a su vez afecta a la agricultura porque sube la temperatura promedio, se producen cambios bruscos en las lluvias, mayor número de inundaciones… que influyen en plantaciones y cultivos y en la producción de alimentos”.

Por otro lado, el cambio climático no solo afecta la supervivencia de determinadas especies animales, también pone en el punto de mira la disponibilidad de algunos alimentos, lo que supone un grave riesgo para nuestra salud, añade la nutricionista.

¿Cómo frenar el cambio climático?

La especialista en nutrición enfatiza en que frenar esta situación crítica para nuestro planeta está en nuestras manos. “Las grandes empresas pueden tener un impacto positivo muy grande”, pero como ciudadanos, también podemos contribuir con pequeños gestos a frenar el cambio climático reduciendo el uso de energía.

Podemos, por ejemplo, comprar electrodomésticos con etiquetas de eficiencia energética. “Una vez en casa a la hora de cocinar procurar no abrir el horno y mantener las cazuelas tapadas durante la cocción, utilizar el fogón del tamaño adecuado a la sartén y que no sea más grande, evitar meter en la nevera comida que aún esté caliente o abrir la puerta de la nevera lo mínimo y durante el menor tiempo posible” son algunos de los consejos que Laura González propone para reducir los efectos del cambio climático.

lunes, 16 de diciembre de 2019

26 acciones que puedes hacer para alcanzar los ODS


Mauro Libi Crestani

Si bien es cierto que los grandes problemas de la humanidad requieren del esfuerzo colaborativo de gobiernos, emporios financieros y un sinfín de instituciones internacionales, no es menos cierto que esa realidad no te excluye para avanzar hacia su solución.

Gran parte de esas soluciones se resumen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un manifiesto suscrito por líderes mundiales en 2015 para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.

Todos podemos sumar energías y voluntades ahora mismo para lograr estos objetivos. Por eso te invito a que hagas la diferencia y te incorpores a esta gran cruzada mundial por el bienestar de los pueblos con estas sencillas y cotidianas prácticas:

1.-Ahorra electricidad conectando los electrodomésticos a una regleta y apagándolos por completo cuando no estén en uso, incluida la computadora.

2.- Solicita a sus autoridades locales y nacionales que participen en iniciativas que no perjudiquen a las personas ni al planeta. También puedes expresar tu apoyo al Acuerdo de París y pedirle a tu país que lo ratifique o lo firme si aún no lo ha hecho.

3.- Chequea y presiona a tus marcas favoritas. Infórmate sobre sus acciones de responsabilidad social y haz uso de tu poder como consumidor para llamar su atención sobre temas sociales y ambientales que te preocupan.

4.- Seca al aire. Deja que tu cabello y tu ropa se sequen naturalmente en lugar de usar una máquina. Si lavas tu ropa, asegúrate también de que la carga esté llena.

5.- Come menos carne, pollo y pescado.

6.- Congela los productos frescos y las sobras si no tienes la oportunidad de comerlas antes de que se deterioren.

7.-Compostaje: el compostaje de restos de comida puede reducir el impacto climático y al mismo tiempo reciclar nutrientes.

8.-Reciclar papel, plástico, vidrio y aluminio evita que los vertederos crezcan.

9.-Compra productos mínimamente empaquetados.

10.- Reemplaza los electrodomésticos viejos con modelos de bajo consumo y usa bombillos eléctricos ahorradores.

11.- Evita abrir el refrigerador cuando no es necesario. Este electrodoméstico emite grandes cantidades de CO2 cada vez que dejas la puerta abierta.

12.-Desconecta los aparatos eléctricos cuando salgas de vacaciones o te encuentres fuera por largos periodos de tiempo.

13.- Compra de manera inteligente: planifica las comidas, usa listas de compras y evita las compras impulsivas.

14.- Compra solo mariscos y otros alimentos que provengan de fuentes sostenibles. Ahora hay muchas aplicaciones que te dirán qué es seguro consumir.

15.-Trasládate en bicicleta, camina o usa el transporte público. Ahorra los viajes en automóvil para cuando tenga un grupo grande.

16.-Usa una botella de agua recargable y una taza de café. Reduce el desperdicio y los establecimientos ahorrarán en desechables.

17.-Trae tu propia bolsa cuando compres. Deja aún lado la de plástico y comienza a llevar tus propias bolsas reutilizables.

18.-Utiliza menos servilletas de papel. Toma justo lo que necesitas.

19.- Acércate a las tiendas vintage. Nuevo no es necesariamente el mejor. Ve lo que puede reutilizar en tiendas de segunda mano.

20.-Mantén a tono tu auto. Un automóvil bien sintonizado emitirá menos humos tóxicos.

21.-Dona lo que no usas. Las organizaciones benéficas locales le darán una nueva vida a tu ropa, libros y muebles usados con suavidad.

22.-Separa la basura en los lugares públicos. Identifica los contenedores para cada tipo de basura y respeta su clasificación.

23.- Asegúrate de que tu empresa utilice tecnología de calefacción y refrigeración de bajo consumo y ajuste el termostato, más bajo en invierno, más alto en verano.

25.- Trata de reducir los desechos, ya que la mayoría de ellos terminan en nuestros océanos.

26.- Motiva a tu empresa a trabajar con la sociedad civil y a encontrar formas de ayudar a las comunidades locales a alcanzar los objetivos.

martes, 10 de diciembre de 2019

Alimentación ecológica para contrarrestar el cambio climático



A propósito de la Cumbre del Clima de la ONU (COP25),  varias corporaciones, empresas e instituciones están elevando su voz para que se tomen medidas urgentes que impulsen la transición a modelos alimentarios ecológicos como un “antídoto” viable y efectivo frente al cambio climático.

Y no podría ser de otra manera, si tomamos en cuenta que la suma de todos los eslabones del sistema alimentario son los que producen la mitad de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) generados.

Siendo la alimentación básica y primordial para la vida humana, es preciso entonces estimar a la producción ecológica como un factor clave que puede aportarnos soluciones, no solo para reducir la emisión de GEI, sino también para aminorar el impacto que los cambios en el clima tienen en la producción agropecuaria.

Si hablamos de agricultura ecológica, en ella no se utilizan fertilizantes de síntesis y se necesita gestionar mejor los aportes nitrogenados para evitar la aparición de plagas de difícil control.

Además, el compostaje disminuye globalmente la emisión de los GEI que se producen en el manejo del estiércol. Tampoco debe olvidarse la capacidad de secuestrar carbono en los suelos, tal y como lo llevan haciendo hace años los/as agricultores/as ecológicos con la fertilización orgánica.

En cuanto a la ganadería ecológica, esta ayuda a reducir la carga ganadera (número de cabezas) y basa la alimentación de los animales en recursos locales, disminuyendo las necesidades de importar productos como la soja o el maíz desde otras latitudes.

Tanto la agricultura como la ganadería ecológica promueven el consumo mayoritario de alimentos frescos, de temporada y de proximidad, ecológicos, la reducción del consumo de carne, el reciclaje de residuos orgánicos para la obtención de compost y la minimización del desperdicio alimentario, factores primordiales para contrarrestar el cambio climático.


Momento crucial para tomar decisiones trascendentes para las próximas generaciones

En el COP 25, jefes de estado, funcionarios climáticos, organizaciones no gubernamentales, grupos juveniles, movimientos locales y otros actores no estatales expondrán sus puntos de vista y aportarán ideas que ayuden a frenar la emergencia climática.

Según los conocedores de la materia, los próximos 14 meses son críticos para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, que alcanzaron un récord en 2018. Según el Acuerdo de París, los gobiernos acordaron actualizar sus planes climáticos para 2020.

Así mismo, la COP 25 constituye  un momento crucial para revisar el Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños y comenzar a implementar un sistema justo para mejorar la resiliencia climática de los más necesitados.

En ella, los países negociarán planes más ambiciosos para limitar el calentamiento global a 1.5 ° C, de acuerdo con el Acuerdo de París.

De allí la importancia de que tanto los estados como las organizaciones propongan y se comprometan a cumplir acciones climáticas donde la producción ecológica y los modelos de consumo agroecológico sean considerados como parte de la solución, apoyados en los modelos de producción ecológicos que están dando excelentes resultados en todo el mundo.

Las decisiones que se tomen en esta cumbre no pueden dejar a un lado el importante papel que el modelo alimentario tiene para revertir la emergencia climática y los acuerdos así deben reflejarlo.

Por todo esto es menester que a partir de la COP25 y de cara al 2020 comencemos a trabajar con unas directrices muy claras para facilitar una transición ecológica que favorezca sistemas alimentarios justos y sostenibles con la vida de nuestro planeta y con la vida humana.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Los retos de la agricultura ante el cambio climático



Ante los efectos del cambio climático, la humanidad enfrenta el reto de garantizar la alimentación a las próximas generaciones de modo suficiente, sustentable y sin agredir al medio ambiente.

Este fenómeno climático amenaza con aumentar los períodos de sequía, reduciendo la disponibilidad de agua, así como el aumento de la temperatura. Esto trae un incremento de la salinización de los suelos que afectará notablemente a los cultivos.

En ese contexto, La agricultura es actualmente la responsable del 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea (UE), al liberar cantidades significativas de metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero.

De allí que el reto propuesto se enfoque en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura, junto a nuevas técnicas para disminuir el consumo de agua en este sector productivo.

Ya son varios los países e instituciones que avanzan con varios proyectos que logren exitosamente producir alimentos con las condicionantes del cambio climático.

Una es el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrias (IVIA), en el que un equipo de científicos trabaja para que  los agricultores puedan mantener sus cosechas en cantidad y calidad, reduciendo el consumo de agua.

Enrique Moltó, director del IVIA, explica que las líneas de trabajo del instituto se centran en la reducción del consumo de agua con ensayos de cultivos y la optimización del riego frente a la salinización de los suelos, la producción de patrones y variedades resistentes a la sequía y a la salinidad, la investigación sobre los genes que determinan la resistencia a la sequía y a la salinidad y, por último, la producción de variedades de fruta que requieren menos horas de frío, ya que otro efecto del cambio climático es el aumento de las temperaturas.

El académico resaltó la importancia de lograr avances con el riego deficitario que consiste en acostumbrar a la planta a recibir agua cuando realmente lo necesita, ya que “hay periodos del año en que no hace falta o el agua necesaria es mínima”. Sin duda será una modalidad muy útil para las próximas décadas.

Igual valor se le está dando a los cultivos resistentes a la salinización del suelo, un fenómeno vinculado con el aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias.

La Hidroponía también será de suma utilidad para enfrentar el cambio climático. Consiste en consiste en cultivar sobre sustratos (arena, grava o elementos artificiales) en vez de tierra. Esta práctica está alcanzando un gran auge en los países donde las condiciones para la agricultura resultan adversas. Combinando la hidroponía con un buen uso del invernadero se llegan a obtener rendimientos superiores a los que se obtienen en cultivos a cielo abierto.

Por otra parte el déficit hídrico obliga a la racionalización del riego, modernizando las estructuras e incorporando sistemas de riego más eficientes. En la Comunidad Valenciana se está llevando a cabo, en este sentido, una experiencia piloto de tele-monitorización de la humedad del suelo.

lunes, 11 de noviembre de 2019

La crisis climática y el futuro de los alimentos


Mauro Libi Crestani

Mientras el avance tecnológico continúa abriendo caminos para proporcionar salud y bienestar a la humanidad, el cambio climático nos coloca frente al reto de producir mayor cantidad de alimentos y de manera sustentable.

El escenario presenta, por una parte, un aumento poblacional estimado en unos 9 mil millones de personas en el mundo a mediados de siglo, una condición que obliga a incrementar los cultivos.

En contraparte, tenemos un cambio climático signado por calor, sequía e inundaciones que amenazan la disponibilidad del agua necesaria.

¿Cómo enfrentar este reto?

Parte de la respuesta se plantea en la más reciente publicación de Amanda Little:The Fate of Food” donde toca diversos aspectos a tomar en cuenta para ser más asertivos en el abordaje de la crisis climática y su relación con la producción de alimentos.

Según la reconocida profesora de la Universidad de Vanderbilt y periodista, el desafío es doble: Resolver los problemas existentes de la agricultura industrial al tiempo que nos preparamos para las presiones que tenemos por delante.

A través de su obra, Little explora cómo podemos satisfacer esta creciente demanda y, si no podemos, «¿Qué tan mal estamos exactamente?»

La investigadora advierte que el calor, las sequías, las inundaciones, los incendios forestales, las estaciones cambiantes y otros factores, alterarán radicalmente nuestro panorama alimentario: lo que comemos, dónde está hecho, cómo lo pagamos y las opciones que tenemos.

De ahí que insista en la necesidad de reinventar todo el sistema alimentario mundial y adaptarnos al clima cambiante.

Indagaciones y advertencias en buen momento

La catedrática expone una serie de interrogantes para reflexionar.

¿Pueden los OGM ser realmente buenos para el medio ambiente y para nosotros?

¿Estamos ante el final de la carne animal?

¿Qué se necesitará para eliminar los químicos nocivos de la agricultura?

¿Cómo puede un suministro de alimentos limpio y resistente al clima ser accesible para todos?

Además, enciende las alarmas sobre la demanda de alimentos, la degradación de los recursos naturales indispensables para lograrlo, como el agua dulce y los suelos saludables, así como la incertidumbre que causan estos cambios en los sistemas agrícolas.

Una experiencia enriquecedora

Amanda Little, pasó tres años viajando por varios países buscando respuestas a la pregunta sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos.

Exploró desde un huerto de manzanas en Wisconsin hasta una granja orgánica de control remoto en Shanghai, desde granjas de peces noruegas hasta regiones de Etiopía afectadas por el hambre.

En su periplo, conoció lugares claves para entender este fenómeno, tales como una planta de aguas residuales de California y un laboratorio de investigación del ejército de los Estados Unidos.

A través de sus entrevistas y aventuras con granjeros, científicos, activistas e ingenieros, Little tuvo la oportunidad de comparar enfoques sobre la producción de alimentos, al tiempo que definió un movimiento que podría redefinir la alimentación sostenible a gran escala.

jueves, 17 de octubre de 2019

Agricultura regenerativa para preservar la biodiversidad



Pensar en grande también implica grandes responsabilidades, mucho más cuando se trata de la producción de alimentos ya que no solo implica satisfacer una necesidad vital a la humanidad, sino que también es preciso realizarlo en equilibrio con la sostenibilidad y la conservación del medioambiente.

Esta reflexión tiene que ver con un informe reciente de la FAO donde se severa que de las 6 mil especies de plantas cultivadas para la alimentación, solo 9 representan el 66% del cultivo total producción.

Junto a esta realidad, existe una mayor consciencia, por parte de los productores sobre su dependencia de la biodiversidad del planeta para proveerse de los insumos necesarios para los sectores de alimentos, textiles y cuidado personal.

Entretanto los consumidores lucen como un frente empoderado y bien informado, que se sabe influyente y determinante a la hora de elegir productos que cumplan con su compromiso socioambiental.

Surge la “One Planet Business for Biodiversity” (OP2B)


Esa necesidad impostergable de impulsar la biodiversidad cultivada dio lugar a que 19 empresas de alto impacto en la agricultura, junto con el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) se organizaran para dar lugar al "One Planet Business for Biodiversity" (OP2B), presentado durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la acción climática por Emmanuel Faber, presidente y director ejecutivo de Danone.

Ellas asumen el compromiso de tomar acciones tangibles, de forma individual y colectiva, para desarrollar soluciones innovadoras destinadas a proteger y mejorar la biodiversidad en los sistemas agrícolas.

Balbo Group, Barry Callebaut, DSM, Firmenich, Google, Jacobs Douwe Egberts, Kellogg Company, Kering, Livelihoods Funds, L’Oreal, Loblaw Companies Limited, Marte, Migros Ticaret, McCain Foods, Nestlé, Symrise, Unilever y Yara. Juntas, venden productos en más de 120 países y han combinado ingresos totales de alrededor de USD $ 500 mil millones.

Iniciativas como ésta sería la primera de muchas por venir. Por el momento, OP2B tiene la clara intención de implementar estas soluciones para transformar sus cadenas de valor estratégicas y darle impacto a gran escala, trabajando en colaboración entre los sectores empresarial, público y de la sociedad civil, mientras fomentan un enfoque inclusivo que capacite a los productores y consumidores.

3 áreas de enfoque

1.   Ampliar las prácticas de agricultura regenerativa. Esto significa incentivar las modalidades alternativas que aprovecharán el poder de las plantas para mantener el carbono en el suelo (secuestro de carbono), aumentar la capacidad de los suelos para retener agua, mejorar la resistencia de sus cultivos, mantener el sustento de sus agricultores y recuperar la densidad de nutrientes de los alimentos, mientras disminuye la dependencia de insumos sintéticos.

2. Desarrollar carteras de productos para impulsar la biodiversidad cultivada y aumentar la capacidad de recuperación de los modelos de alimentación y agricultura
Aumentar la cantidad de ingredientes obtenidos para que no dependamos solo de un puñado de cultivos, además desarrollando fuentes locales y basadas en la procedencia, así como aumentar la variedad genética de los cultivos para recuperar la diversidad alimentaria y la especificidad localizada de la biodiversidad en la agricultura como una poderosa palanca para proteger y nutrir la biodiversidad.


3. Eliminar la deforestación, mejorar la gestión, restauración y protección de ecosistemas naturales de alto valor
Definir acciones específicas que puedan proteger y restaurar los ecosistemas más frágiles y ricos en biodiversidad del mundo, incluyendo praderas, humedales y bosques e informar de manera transparente sobre el progreso y el impacto.

Aunque se trata de un proyecto a largo plazo, los resultados parciales comenzarían a verse a partir de junio de 2020 cuando desarrollarán un compendio de soluciones sistémicas, significativas y medibles que pueda ser implementado por los miembros de OP2B en sus cadenas de valor.

Igualmente se tiene previsto que para octubre de 2020 presenten los compromisos cronometrados y medibles durante el CDB COP15, junto con propuestas de políticas que ayudarían a lograr excelentes resultados.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Inocuidad alimentaria, una responsabilidad compartida




Uno de los temas internacionales de actualidad que llaman mi atención y que está relacionado con nuestra labor en el Grupo Libi tiene que ver con la inocuidad de los alimentos vista como una responsabilidad compartida tanto por los productores como por los procesadores y consumidores.

Según los registros de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cerca de 600 millones de personas enferman y 420.000 mueren debido al consumo de alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas. Además de los daños a la salud, provocan graves pérdidas económicas, especialmente a los países de ingresos bajos y medios.

Así mismo asegura que los alimentos nocivos obstaculizan el desarrollo de muchas economías de ingresos bajos y medios, causándoles pérdidas en productividad estimadas en 95.000 millones de dólares debidas a enfermedades, discapacidades y muertes prematuras. Todo dentro del negocio de la alimentación que mueve 1,6 billones dólares, lo que equivale al 10 por ciento del comercio total anual a nivel mundial.

La determinación por combatir esta amenaza ha llevado a que Naciones Unidas se haya erigido como líder de esta cruzada para fomentar la inocuidad alimentaria a través de dos de sus organismos: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud.


Inocuidad alimentaria como requisito para alcanzar los ODS

Para la magister Gloria Tropea, responsable de la licenciatura en Alimentos de la Universidad Católica de Cuyo UCCuyo, "La inocuidad de los alimentos -incluyendo el agua- es un requisito para la salud pública, y se refiere a la ausencia de todo tipo de peligro (biológico, físico y químico) en los mismos".

Recordó que “los peligros pueden llegar a los alimentos desde diversas fuentes -manipulador, ambiente, utensilios, agua, origen del alimento-, por malas prácticas en la producción primaria, mal uso de productos químicos -como aditivos, desinfectantes, plaguicidas y alergenos entre otros; la falta de controles durante el proceso o materias primas contaminadas, entre otras".

La especialista precisó que "Como punto de partida es importante comprender que las Buenas Prácticas Agrícolas BPA y las Buenas Prácticas de Manufacturas BPM son un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas, que nos permiten controlar los peligros minimizando los riesgos de ocurrencia y garantizando que se adopten las medidas de control y prevención aplicables a la producción, procesamiento y transporte de alimentos".

Por otra parte, el Director del Departamento de Prácticas Mundiales de Alimentación y Agricultura del Banco Mundial, Simeon Ehui, advirtió que “La inocuidad de los alimentos es un requisito de la seguridad alimentaria. Está vinculada, directa o indirectamente, al logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los dirigidos a poner fin al hambre y la pobreza, y promover la salud y el bienestar. La seguridad alimentaria y nutricional se logra únicamente cuando los elementos esenciales de una dieta saludable no dañan la salud los consumidores”. 


Medidas para garantizar la inocuidad alimentaria

Por toda su importancia e implicaciones en la salud y bienestar de la población mundial, considero de vital importancia seguir la guía publicada por la ONU en la que se incluyen cinco medidas que deben observar todas las partes implicadas en la cadena de distribución alimentaria.

1. Garantizar que los alimentos no son peligrosos
Los gobiernos deben asegurar la inocuidad de los alimentos fomentando una agricultura y unos sistemas alimentarios sostenibles, y apoyando la colaboración entre los sectores de la sanidad pública, la sanidad animal y la agricultura, entre otros. Adicionalmente, pueden seguir las normas dictadas por la Comisión del Codex Alimentarius.

2. Cultivar sin riesgos
Los productores agrícolas y de alimentos tienen que adoptar buenas prácticas minimizando el impacto ambiental y adaptándose al cambio climático.

3. Manipular los alimentos con cuidado
Las empresas deben garantizar que el almacenamiento, transporte y procesado de alimentos sean efectuados de forma inocua.

4. Confirmar que sean inocuos
Los consumidores necesitan tener acceso a información oportuna, clara y fiable de los riesgos nutricionales y enfermedades asociadas con sus elecciones alimentarias. “Invertir en educar al consumidor sobre la inocuidad alimentaria tiene el potencial de reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos y generar ahorros de hasta diez veces por cada dólar invertido”.

5. Trabajar simultáneamente
Tanto gobiernos, como los organismos económicos regionales, las organizaciones de las Naciones Unidas, las agencias de desarrollo, las organizaciones comerciales, los grupos de consumidores y productores, las instituciones académicas y de investigación, y las entidades del sector privado, han de colaborar de manera conjunta sobre los temas relacionados con la inocuidad de los alimentos.



martes, 10 de septiembre de 2019

Sector agroalimentario espera por más startups para su evolución y desarrollo




El sector agroalimentario, al igual que muchos otros sectores industriales requiere de la creatividad y la innovación para seguir desarrollándose y satisfacer adecuadamente las demandas de una población creciente, consciente y vigilante del buen desempeño en función del bien común.

En ese contexto, las startups agroalimentarias vienen a ser las grandes impulsoras de la innovación, a tal punto que un 35% de las grandes empresas están invirtiendo en adquirir startups o una parte de ellas para absorber su tecnología digital.

Actualmente, Reino Unido es el país que más invierte en startups en general y en el sector agrifood en particular, seguido de Francia, Alemania, Israel, Suiza y España, que ocupa el sexto lugar en Europa.

Vale la pena precisar aquí que la industria alimentaria o sector agroalimentario hace referencia a la parte de la industria que se encarga de todos los procesos relacionados con la cadena alimentaria (Fases de transporte, recepción, almacenamiento, procesamiento, conservación, y servicio de alimentos de consumo humano y animal). Las materias primas de esta industria consisten principalmente de productos de origen vegetal (agricultura), animal (ganadería) y fúngico (perteneciente o relativo a los hongos).

Gracias a la ciencia y la tecnología de alimentos, el progreso de esta industria se ha visto incrementado y ha incidido favorablemente en nuestra alimentación cotidiana, aumentando el número de posibles alimentos disponibles en la dieta.

No obstante, la agroindustria tiene un largo camino por recorrer de la mano de las startups. Es por ello que los que nos hemos dedicado a este sector, nos mantenemos atentos y a la expectativa de todas las iniciativas que van surgiendo y que vemos con buenos ojos para innovar, expandir y dinamizar nuestros negocios y que a la larga representan mayor bienestar para nuestros consumidores.

Por eso quiero destacar acá dos eventos en España que han servido para acopiar, promover y ofrecer al mundo una cantera de talentos, ideas y proyectos que se traducen en posibilidades para avanzar. A mí particularmente me entusiasman estos encuentros y espero mucho de ellos para incorporarlos a nuestro proceso productivo. 


Startup Europe Smart Agrifood Summit

Su segunda edición tuvo lugar este año en Málaga y está enfocado en la innovación de los procesos que llevan a los alimentos del campo a la mesa.

En este evento se premia a la mejor startup europea del sector agroalimentario, al proyecto más innovador, a la mejor solución práctica para el sector agroalimentario, al proyecto con la mayor inclusión de perspectiva de género, y también tiene lugar un reconocimiento a la sostenibilidad.

Hay que tener en cuenta que la aparición de agentes disruptivos como las startups, los nuevos hábitos de consumo, la tecnología aplicada a los cultivos y la irrupción de la inteligencia artificial son solo algunos de los factores que están influyendo en nuestra forma de alimentarnos.

Haciendo referencia a un comentario aparecido en El País, La tecnología juega un papel muy importante en la evolución y desarrollo del sector, y las startups están haciendo posible que aparezcan en la industria agroalimentaria los chefs virtuales, las apps que controlan el cultivo de alimentos personalizados en el hogar, los robots humanoides despachando comida rápida, el riego inteligente, el blockchain para vigilar la procedencia de los alimentos. 

Para que esto se haga posible, es imprescindible potenciar el emprendimiento y la innovación digital en la industria del cultivo, la comercialización y el consumo de alimentos.


Food Start Tech

Es una iniciativa promovida por el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que, en su segunda edición, celebrada en julio, pretendía, de nuevo, unir las necesidades de la industria alimentaria con las capacidades tecnológicas de CNTA y las nuevas propuestas, oportunidades y soluciones que ofrecen las startups.

Se trata de una plataforma para que los representantes de la industria alimentaria que forman parte del proyecto, startups y CNTA colaboren entre sí de una forma distinta a la habitual, para innovar, abordar los retos de la industria, crear nuevas oportunidades de crecimiento en el mercado y potenciar una innovación de mayor valor que llegue al consumidor.

“Desde CNTA pretendemos facilitar esas sinergias y formar parte activa de las mismas para lograr mejorar la competitividad del sector agroalimentario y aportar una innovación de valor en el mercado”, expresó el director general del centro, Héctor Barbarín.

La puesta en marcha de actividades como una sesión de venturing, cocreación sobre etiquetado inteligente cuyo objetivo es diseñar, entre todos, un prototipo de etiquetas que cuentan historias, y la creación de un equipo de empresas para la cocreación colaborativa y el desarrollo de un nuevo producto alimentario son algunos ejemplos de proyectos colaborativos que están actualmente en marcha dentro del marco de Food Start Tech.
        

lunes, 26 de agosto de 2019

Cómo piensan y actúan los emprendedores exitosos



Aunque resulte difícil pontificar sobre alguna tendencia o patrón de comportamiento del emprendedor exitoso, es posible identificar algunas pautas y hábitos que lo definen o que forman parte de su disciplina de trabajo.

Siempre he sido de la idea que el emprendedor por vocación y convicción se maneja brillantemente entre la pasión y la genialidad, un amplio rango donde se conjugan el conocimiento, la disciplina, el trabajo sostenido y un liderazgo inspirador para conformar equipos y darle sentido a su obra.

No obstante, existen algunos indicativos de las cualidades necesarias o deseables para que ese emprendedor vea felizmente el logro de sus metas y objetivos.

Comparto con un ustedes algunos de ellos, pero pueden ser muchos más. ¿Agregarías otro a la lista? Espero tus comentarios.

-     -  Pensamiento optimista y orientado al éxito. Aquí comienza todo. No conozco a un triunfador anclado en el pesimismo atrayendo tempestades. Además, las personas optimistas procesan mejor la información negativa, evalúan y gestionan el riesgo con responsabilidad, tienen claridad mental para manejar la información compleja y por lo general suelen trabajan con mayor creatividad y nuevas ideas.
Un emprendedor tras el éxito maneja sus emociones estratégicamente
y los conduce al terreno de lo posible en términos de oportunidades y soluciones.

-     -  Pasión en lo que se emprende. Cuando perdemos la pasión, perdemos la posibilidad de mostrarle al mundo lo mejor de nuestro talento. Los profesionales de éxito son personas que se dedicaron a su vocación, a lo que les apasionaba, sin pensar si convenía o no, si era una profesión lucrativa o no lo era. Cuando se siente pasión, todo fluye y somos capaces de ser creativos e invertir energía y tiempo sin el coste de la pereza.

-      - Coraje. Necesario para asumir los retos con valentía. Hay que estar preparado para asumir el fracaso y la derrota como una posibilidad, o mejor aún, como un aprendizaje: en caso de no conseguir un objetivo a la primera, hay que volver a intentarlo. La valentía no es cuestión de genes, sino de actitud y aprendizaje.
Un emprendedor asume que es incompatible querer crecer y superarse sin salir del recinto seguro. Por eso necesita esa dosis adicional para despegar conquistando lo desconocido.

-     -  Estabilidad emocional. Dominio sobre ellas para usarlas a su favor. Un emprendedor aplomado mantiene una actitud serena y equilibrada que transmite a los demás en las buenas y en las malas. Además tener control interno nos lleva a confiar en nuestras fortalezas.

-      - Arriesgarse sin morir en el intento. Parte de la esencia de un emprendedor es tener la certeza de que para cumplir su sueño debe superar muchos obstáculos. Estar dispuesto a invertir tiempo dinero en infinidad de actividades que quizás no lleguen a nada. Por eso debe estar preparado a gestionar esa travesía con resiliencia y perseverancia.

-      - Propósito y compromiso. Para que tu idea emprendedora se implante y crezca más allá de los dos años, que es el tiempo que le dan a gran parte de los emprendimientos, es útil y conveniente revestirlo de una visión y un compromiso con la sociedad en la cual nos desenvolvemos.  

    Parte de nuestra fórmula exitosa en el Grupo Libi desde sus comienzos, ha sido identificarnos y trabajar en función a nuestro ideal de país con oportunidades para todos, a través de programas para asistir a sectores vulnerables como una contribución a ese público creciente que ha confiado en nosotros.

jueves, 15 de agosto de 2019

Sigamos la pista a estos Millennials emprendedores



Cuando se trata de liderazgo y emprendimiento, me gusta seguir de cerca casos que pueden servir de ejemplo e inspiración para tantos jóvenes con el talento, vocación y conocimiento para emprender y lograr sus metas.

Varias lecturas hechas recientemente enfocan mi mirada en los Millennials, esa porción etaria de la población nacida entre 1983 y 2000 que actualmente dominan al mundo con su fuerza laboral, sus deseos de libertad financiera y sus proyectos de emprendimiento cada vez más sólidos e innovadores.

Muchos de ellos se apoyaron en una historia familiar de emprendedores, otros en su preparación académica y otros tantos en las actividades que más le apasionan, pero en todo caso, tuvieron la visión y la decisión de arriesgarse y confiar en sus capacidades para ofrecer soluciones efectivas a públicos determinados.

En esta ocasión comparto una breve referencia de emprendedores españoles de 30 o menos años de edad. Millennials puros y con gran potencial para seguir sorprendiéndonos con su talento en los próximos años.

Les invito a que no los pierdan de vista, compartan sus apreciaciones, y sobre todo, puedan aprender de estos casos para construir modelos de negocio acorde con sus aspiraciones.

Veamos algunos de ellos:

Carlos Pierre. CEO y fundador de Badi
Con 25 años decidió aportar su propia solución a uno de los grandes problemas de la economía urbana: Los pisos compartidos. Así nació Badi en el año 2015: una plataforma donde publicar, reservar y alquilar habitaciones de forma segura y desde cualquier lugar del mundo. Hoy están presentes en Madrid, Barcelona, París, Roma, Londres y Berlín y cuenta con un equipo de 60 profesionales, 1,7 millones de usuarios, 325.000 habitaciones publicadas y más de 22 millones de solicitudes de alquiler, captando 45 millones de dólares en cinco rondas.

Eloi Gómez CEO y cofundador de Mr. Jeff
Estudió Ciencias y Tecnología de los alimentos en la Universidad de León y Economía por la UNED. En Valencia junto a Adrián Lorenzo y Rubén Muñoz participó en la aceleradora Business Bbooster y allí descubrieron el mundo de las lavanderías y tintorerías. Así surgió en 2016 Mr. Jeff. La startup que ofrece servicios de lavandería y tintorería a domicilio a través de una suscripción mensual. Hoy cuenta con más de 220 personas de plantilla directa y 2.500 indirecta, 1.200 franquicias y unas expectativas de alcanzar las 3.000 repartidas por Europa, América Latina, Asia y África. Su facturación ronda
los 7 millones de euros.

Jaime Farto y David Salvador. Fundadores de Tasty Poke Bar
En su afán de unir sus dos pasiones: el deporte y la comida sana, decidieron replicar en España un modelo de negocio americano: los poke, unos platos de origen hawaiano con una base de arroz y vegetales. Así nació Tasty Poke Bar, un modelo novedoso y replicable, lo que les permitió iniciar un proceso franquiciador y un crecimiento orgánico que les ha llevado incluso a expandirse internacionalmente. Hoy cuentan con siete locales en funcionamiento, cinco en Madrid, uno en Málaga y uno en Brasil y 50 empleados en plantilla. Para este año esperan facturar $ 5.090.000

Belén Cabido. CEO y cofundadora de Gotrendier.
Con antecedentes de emprendimiento en startups tecnológicas como eshopventures o Grupalai, Trendier es una app de compraventa de ropa de segunda mano online. Se lanzó en México en 2016 y en Colombia en 2017 “y la idea es abrir en Chile y Argentina. Ahora mismo somos 25 personas repartidas por España, México y Colombia”. Para el 2019 esperan llegar a los 25 millones de dólares.

Mireia Badia. CEO y fundadora de Grow.ly
Esta profesional en Ciencias Empresariales Internacionales de ICADE y DCU (Dublín), decidió, a sus 23 años, lanzar Grow.ly: una plataforma de crowdlending que conecta empresas que necesitan un préstamo con inversores que buscan una rentabilidad atractiva. “En 2018 hemos financiado 6,9 millones de euros entre 138 proyectos. Pero, en total, desde su lanzamiento hace casi ya 5 años, sus 3.700 usuarios han financiado ya más de 20 millones de euros entre más de 430 préstamos”. Su facturación el año pasado alcanzó los 200.000 euros.

Fátima Mulero. Fundadora y CEO de AuTICmo
Con apenas 18 años, desarrolló una mascota virtual para niños con necesidades especiales para iPad. De ahí surgieron otras iniciativas relacionadas con las nuevas tecnologías y autismo, como PetterLife o Uniq Group Thechrapy, hasta llegar a auTICmo, fundada en 2016. “Está especializada en ofrecer servicios automatizados para la gestión e intervención en el autismo y dirigida a entidades sanitarias, educativas y familias, organizadas en torno a una academia de formación online 100% especializada en Tecnología y Autismo, asesoramiento profesional online 24/7 en España y Latinoamérica y un SAAS (software para la gestión de entidades) previsto para finales de año”. Para 2019 espera alcanzar los 600.000 €.

jueves, 8 de agosto de 2019

El reto de crear un futuro alimentario sostenible



Para las organizaciones y familias que por generaciones nos hemos dedicado a la producción de alimentos, resulta un tema sumamente sensible el reto de garantizar la alimentación en todo el planeta a un mínimo costo para el medio ambiente.

Esta reflexión vino a mi mente a propósito de la publicación del nuevo informe World Resources Report: Creating a Sustainable Food Future, un menú de soluciones para alimentar a casi 10 mil millones de personas en 2050 en el cual recomienda 22 soluciones, divididas en cinco etapas, las cuales quiero ayudar a difundir compartiéndolas con ustedes.

Aunque es todo un reto crear un futuro alimentario sostenible, esto puede ser una realidad si los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil actúan con conocimiento, voluntad, diligencia y creatividad.

Estas etapas permiten cerrar la brecha entre los alimentos disponibles en la actualidad y los necesarios para 2050, sin despejar más tierras para la agricultura, y al mismo tiempo reducir los GEI del sistema alimentario a un nivel alineado con el Acuerdo de París.

1. Reducir el crecimiento de la demanda de alimentos y otros productos agrícolas
El tamaño de los desafíos alimentarios, ambientales y económicos asociados dependen del aumento de la demanda de cultivos, y alimentos de origen animal para mediados del siglo.

Las brechas en la mitigación de alimentos, tierra y GEI se derivan de estimaciones razonables del crecimiento de la demanda de cultivos y ganado en condiciones normales.

Sin embargo, tales niveles de crecimiento son evitables. Los elementos de la primera etapa exploran formas de reducir este crecimiento proyectado de manera social y económicamente beneficiosa.

2. Aumentar la producción de alimentos sin expandir la tierra agrícola
Además de las medidas de reducción de demanda abordadas en la primera etapa, el mundo debe aumentar la producción de alimentos en las tierras agrícolas existentes.

Para aproximarse al objetivo de la expansión neta-cero de las tierras agrícolas, en escenarios realistas, las mejoras en la productividad de los cultivos y los pastos deben superar las tasas históricas de ganancias en el rendimiento.

3. Proteger y restaurar los ecosistemas naturales y limitar el desplazamiento de tierras agrícolas
Esta etapa se centra en los esfuerzos de gestión de la tierra que deben complementar los esfuerzos de reducción de la demanda de alimentos, y el aumento de productividad, de esta forma se evitan daños en la expansión de la tierra agrícola.

4. Aumentar el suministro de pescado
Esta etapa propone formas de mejorar la gestión de la pesca silvestre, aumentar la productividad y el desempeño ambiental de la acuicultura, tomando en cuenta que se proyecta un aumento en el consumo de pescado de un 58% entre 2010 y 2050.

Además, los peces y mariscos contribuyen con el 17% de las proteínas de origen animal, y son particularmente importantes para más de 3 mil millones de personas en países en desarrollo.

5. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción agrícola
Las emisiones de la producción agrícola se derivan de la ganadería, la aplicación de fertilizantes nitrogenados, el cultivo de arroz y el uso de la energía. Procesos considerados como difíciles de controlar.

El reporte destaca además estos temas:

1-  Aumentar la productividad
Esto significa aumentar los rendimientos de los cultivos a tasas más altas que las históricas, y aumentar dramáticamente la producción de leche y carne por hectárea de pasto, por animal, especialmente ganado, y por kilo de fertilizante.

2-  Gestionar la demanda
La desaceleración del crecimiento de la demanda requiere reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, cambiar las dietas de los grandes consumidores de carne a alimentos de origen vegetal, evitar una mayor expansión de la producción de biocombustibles y mejorar el acceso de las mujeres a la educación y la atención médica para acelerar las reducciones voluntarias en los niveles de fertilidad.

3-  Vincular la intensificación agrícola con la protección de los ecosistemas naturales
El área de tierra agrícola no se está expandiendo, se está desplazando de una región a otra (por ejemplo, de las áreas templadas a los trópicos) y dentro de las regiones.

4-  Consumo moderado de rumiantes
El ganado de rumiantes (vacuno, ovino y caprino) utiliza dos tercios de las tierras agrícolas mundiales, y contribuye con aproximadamente la mitad de las emisiones relacionadas con la producción agrícola. Se proyecta que la demanda de carne de rumiantes crezca en un 88% entre 2010 y 2050.

5-  Enfocarse en la reforestación y restauración de turberas
La reforestación a una escala necesaria para mantener el aumento de temperatura por debajo de 1,5 grados Celsius es potencialmente alcanzable, pero solo si el mundo logra reducir el crecimiento proyectado de la demanda de productos agrícolas de uso intensivo de recursos y aumentar los rendimientos de cultivos y ganado.

6-  Estimular la innovación tecnológica
Cerrar completamente las brechas requiere muchas innovaciones. Las oportunidades incluyen características de los cultivos o aditivos que reducen las emisiones de metano en el arroz y el ganado, formas mejoradas de fertilizantes y propiedades de los cultivos que reducen la escorrentía de nitrógeno, procesos basados ​​en la energía solar para hacer fertilizantes, rociados orgánicos que conservan los alimentos frescos durante períodos más prolongados y sustitutos de la carne de origen vegetal.