Por Mauro Libi Crestani. Los actuales son
tiempos de modernidad y de adelantos tecnológicos a los cuales una persona
tiene acceso permanente. Internet llegó para quedarse y a través de la red es
posible la comunicación permanente y el teletrabajo.
¡Una
maravilla!
Ciertamente
esta es una verdad a medias. (Mauro Libi
Crestani)
Ya en
alguna otra oportunidad hemos hablado sobre el tema, pero insistimos porque la
evidencia revela que los empleados de una empresa pueden usar 28 por ciento de
su tiempo en el trabajo en revisar, escribir y enviar mensajes desde su cuenta
de correo electrónico. Estamos hablando de más de la cuarta parte del tiempo
laboral.
Otras
evidencias señalan que 60 por ciento de los ejecutivos, directivos y
profesionales se mantienen conectados a su teléfono móvil en un promedio de
13,5 horas en días laborables y 5 horas diarias durante los fines de semana. En
total serían 72 horas laborales a en la semana.
Hay
empresas que disponen de sistemas que en tiempos en que sus trabajadores están
de vacaciones remiten los correos que estos los reciban otras personas y
eliminan los mensajes de la bandeja de entrada. Esto para que los empleados no
se estresen durante su descanso. (Mauro
Libi Crestani)
Todo esto
es altamente preocupante, puesto que una persona permanezca conectada durante
72 horas semanales pueden ser víctima de estrés.
Investigaciones
han precisado que la relación entre el estrés el uso del correo electrónico.
Los
estudios que se han llevado a cabo establecen que cuando los trabajadores no
están conectados a sus cuentas de correo electrónico pueden socializar mejor
cara a cara y por vía telefónica, están más relajados y con mayor capacidad
para enfocarse.
Lo cierto
es que el uso del correo electrónico tiene ventajas y desventajas, pues si bien
es un elemento estresante, también permite el trabajo a distancia y poder salir
temprano del centro de labores. Además es posible responder a las emergencias
permanentemente, algo que tiene visos positivos y negativos. (Mauro Libi Crestani)
¿Qué se
puede hacer?
Lo primero
es reducir el uso del correo electrónico, con lo que se reducen las
posibilidades de estresarse y aumentan las de comunicarse personalmente.
Configurar
el correo para sólo recibir mensajes de emergencia que deben estar debidamente
identificados en el asunto, cuando no se esté en horario laborable.
No revisar
correos cuando se habla por teléfono.
Recurrir
al contacto cara a cara y vía telefónica.
Fijarse
horarios para la revisión de correos electrónicos, salvo en momentos en que se
tiene conciencia de que está por llegar un mensaje importante.
Identificar
los correos debidamente en el asunto para priorizar las emergencias. (Mauro Libi Crestani)