Por Mauro Libi Crestani. Los expertos dicen que trabajar 24 horas al día te convierte en esclavo de tu negocio, y te hace menos productivo. Se requiere usar las horas laborales de una manera eficiente para que no conviertas tu empresa en una causa del deterioro de tu salud. En eso estamos muy de acuerdo, creo que el uso efectivo del tiempo es una clave del éxito, tal como lo hemos explicado en este blog. No obstante, vale la pena revisar un caso que está frente a los ojos del mundo y que ha llamado la atención de todos: Los empresarios chinos, tal vez, lo más florecientes y que se han convertido en otro modelo que representa la antítesis de lo que se ha manejado en el mundo empresarial occidental.
Cuando se revisan las características de los empresarios chinos se observa que son trabajadores incansables, pueden dedicar 20 horas o más hacer crecer su negocio, siempre tienen sus objetivos claros, están focalizados y dispuestos a postergar la gratificación para alcanzar sus objetivos. Esto nos lleva a la concepción que los chinos tienen del negocio y que abarca el largo plazo. Contrario a occidente, donde se buscan ganancias rápidas, los chinos pueden esperar mucho para disfrutar de la renta generada, son más ahorrativos, trabajar incansablemente y empezar de cero y ahorrar. Para los chinos el triunfo llega como contraprestación del trabajo y el esfuerzo continuo, para lo cual están dispuesto hacer un sacrificio, e incluso privarse de comodidades y vivir en condiciones miserables en muchos casos.
He conocido chinos aquí en Venezuela que llegaron a trabajar en posiciones laborales inhumanas. Pero siempre tuvieron la convicción que si bien están abajo, con trabajo y esfuerzo llegarán a la cúspide del éxito. Jun Loo trabajó por 20 años y ahorro más del 60 % de lo devengado, privandose de vacaciones, diversiones, viajes, etc. Luego recibió su recompensa y logró convertirse en un empresario exitoso. Loo representa un ejemplo perfecto del modo de actuar de los chinos. Siempre confió en su gente, lo cual le permitió superar obstáculos y claramente dice que apoyar a su raza resulta ser una de las mejores inversiones a largo plazo.
Los empresarios chinos suelen empezar sus negocios con muy bajas inversiones, empezar a trabajar lo antes posible, no postergar, se plantean metas claras, muy específicas y ahorran todo lo necesario para generar capital efectivo.
Otro aspecto que destaca en los empresarios chinos es su disposición mental adaptarse a los cambios. Si su idea de negocio no funcionan, lo abandonan y empiezan otro sin remordimientos. Son capaces de adaptarse a la novedad de su entorno fácilmente y son muy desapegados. Para ellos la competencia es parte del negocio y manejan el concepto según el cual la zonificación atrae más clientes interesados en el mismo nicho, y todos pueden beneficiarse por ello, los chinos se juntan en grupos y explotan un mismo nicho del mercado.
Otra característica de los empresarios chinos es que nunca se conforman, siempre andan buscando oportunidades de negocio y no les da pereza empezar de nuevo cuando fracasan en sus primeros intentos, no se quejan ni le pegan la culpa a otros o al sistema de sus problemas, sino que lo asumen y se mantienen ambiciosos, prefieren trabajar con otros chinos porque saben que son eficientes y leales. Su cultura es la de trabajar por objetivos, y no por horas o por días, un interesante concepto poco visto en la cultura laboral de nuestros países.
Otro aspecto que resalta de los chinos es que suelen ser cumplidores de sus obligaciones, que incluye impuestos y mantienen un concepto de ética porque saben que de esta manera sus negocios serán sostenibles. A sus clientes les ofrecen lo mejor. No se cansan, siguen y siguen hasta que consiguen lo que quieren y a decir verdad, no les ha ido mal. Hoy en día los empresarios chinos ocupan el primer lugar en el mundo, por número.
Hay 120 millones de chinos con más de US$ 1 millón. Es la mayor clase media del mundo y la clase empresarial que más rentabilidad tiene no solo en China sino en más de 190 países son se han consolidado como empresarios de alta rentabilidad en los negocios. Por Mauro Libi Crestani.