Un
profesor me decía que en las escuelas de gerencia y administración los
estudiantes recibían una sobredosis de números, de matemáticas y poca formación
en materia de recursos humanos, con lo cual los gerentes graduados de esos
programas tenían poca capacidad para darle importancia a las personas de las
organizaciones donde se desempeñaban.
Cuando
estudié administración en el ILAN y a lo largo de mi experiencia en el manejo
de empresas he aprendido que para gerenciar no solamente se requieren
habilidades técnicas sino que se requiere el manejo del activo más importante
que es el capital humano. Hoy en día las empresas apuestan al emprendimiento
dentro de la misma corporación, como un método eficaz para aprovechar al máximo
el talento, la creatividad y capacidad de innovación del capital humano con que
se cuenta.
La
gerencia moderna tiene entre sus responsabilidades la definición del plan de
ruta de la empresa, debe enfocarse en los cambios y aprovechar todas las
oportunidades que se presentan. El viejo esquema en el que un gerente recibía
órdenes y las ejecuta quedó el pasado. Los tiempos cambiaron y ya no se
requiere un gerente automata que genere resultados sintomáticos, sino seres
humanos que sientan y sean capaces de percibir las transformaciones que experimenta
en entorno, capaz de generar ideas, innovar y llevar a la empresa al éxito. El
siglo XXI cambió el modelo de negocios y dejó de lado la forma tradicional de
gerenciar.
Sí una
empresa no se reinventa y está acorde a los cambios a su alrededor está
condenada a la desaparición, en la actualidad solo las empresas que son capaces
de renovarse e innovar pueden quedarse con una porción del mercado y competir
efectivamente para mantenerse en la cima comercial.
Por Mauro Libi