miércoles, 4 de noviembre de 2015

Mauro Libi Crestani: Las habilidades que requiere la gerencia moderna

Un profesor me decía que en las escuelas de gerencia y administración los estudiantes recibían una sobredosis de números, de matemáticas y poca formación en materia de recursos humanos, con lo cual los gerentes graduados de esos programas tenían poca capacidad para darle importancia a las personas de las organizaciones donde se desempeñaban.

Cuando estudié administración en el ILAN y a lo largo de mi experiencia en el manejo de empresas he aprendido que para gerenciar no solamente se requieren habilidades técnicas sino que se requiere el manejo del activo más importante que es el capital humano. Hoy en día las empresas apuestan al emprendimiento dentro de la misma corporación, como un método eficaz para aprovechar al máximo el talento, la creatividad y capacidad de innovación del capital humano con que se cuenta.

La gerencia moderna tiene entre sus responsabilidades la definición del plan de ruta de la empresa, debe enfocarse en los cambios y aprovechar todas las oportunidades que se presentan. El viejo esquema en el que un gerente recibía órdenes y las ejecuta quedó el pasado. Los tiempos cambiaron y ya no se requiere un gerente automata que genere resultados sintomáticos, sino seres humanos que sientan y sean capaces de percibir las transformaciones que experimenta en entorno, capaz de generar ideas, innovar y llevar a la empresa al éxito. El siglo XXI cambió el modelo de negocios y dejó de lado la forma tradicional de gerenciar. 

Sí una empresa no se reinventa y está acorde a los cambios a su alrededor está condenada a la desaparición, en la actualidad solo las empresas que son capaces de renovarse e innovar pueden quedarse con una porción del mercado y competir efectivamente para mantenerse en la cima comercial.
Por Mauro Libi
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martes, 3 de noviembre de 2015

Mauro Libi Crestani: Joven cuenta su gran experiencia en la Casa Hogar Al Fin

Caraballeda cuenta con una fundación fundada por la familia Libi que se encarga de darle protección a niños sin hogar. Se trata de la Casa Hogar Al Fin, la cual ha recibido muchas colaboraciones de empresas y particulares por el ejemplar trabajo social que realizan. En esta ocasión, Jonathan Correa, uno de los jóvenes que creció en el lugar cuenta sus experiencias y la gran ayuda que le dieron en el sitio para crecer a nivel personal y profesional.

Niños desamparados como él tienen la misma oportunidad de construir una vida normal, y así lo afirma quien pasó durante diez años en esta casa hogar del estado Vargas. Destacó el cariño de las personas que allí laboran y todo el afecto que le dieron niños en condición similar durante los 11 años que estuvo albergado, ahora tiene 22 y trabaja para Avelina.

Correa pidió más fundaciones como la Casa Hogar Al Fin , pues considera que con ello se estaría ayudando a una gran cantidad de niños en una difícil situación por no contar con apoyo familiar. Envió un mensaje a todos los que actualmente se encuentran en el albergue: sigan luchando y tengan fe de que sí se puede alcanzar con esfuerzo propio todo lo que soñamos.

Por Mauro Libi
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Mauro Libi Crestani: Casa Hogar Al Fin siempre requiere de voluntarios

La revista Dominical fue uno de los encartados que publicó el trabajo que se realiza en la Casa Hogar Al Fin. En su artículo sobra la fundación ubicada en Caraballeda, estado Vargas, entrevistaron a María Elena Marcano, psicóloga que dirige el lugar. Allí, mencionaron que en el lugar siempre reciben a voluntarios que quieran aportar su grano de arena para la realización de las actividades que se realizan para el desarrollo de los niños desamparados que albergan.

En la publicación también mencionan su solicitud al Estado venezolano para crear más centros de formación y capacitación para el grupo familiar. Además, Marcano señaló que en la casa hogar siempre agradecerán todos los aportes que empresas o particulares puedan dar, como por ejemplo alimentos, material escolar, artículos deportivos o medicamentos.

Asimismo, señaló que el trabajo en la  es ardua a favor de los jóvenes que por diferentes circunstancias de la vida no cuentan con apoyo familiar. Tanto es su empeño por esta labor, que muchos de los niños le dicen tía o mamá, muestra del cariño que ella y todos los trabajadores sociales de allí le ofrecen a estas personas.

Por Mauro Libi
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