En varias ocasiones he
insistido en resaltar la importancia de lograr y mantener un equipo de colaboradores bien motivados y
alineados con los intereses de la organización.
Pero, ¿Qué podemos hacer
para llevar a nuestro personal a ese nivel?
Existe una serie de claves y estrategias que podrían
aplicarse según el clima laboral del momento, los recursos disponibles y las
metas trazadas por la empresa en un determinado período de tiempo.
Lo que no debe quedar
ninguna duda es que un equipo motivado
es clave para incrementar la productividad. Se trata de una fórmula
ganar-ganar que genera amplias satisfacciones y experiencias constructivas para
todos.
Nuestro liderazgo en esta
materia ha seguido una estrategia
con muy buenos resultados que podríamos resumir de la siguiente manera:
Evalúa
tu clima laboral y genera un ambiente positivo. Un buen
ambiente laboral reduce el ausentismo, mejora la comunicación y favorece la
integración de los equipos entre otros muchos beneficios.
Asegúrate
un liderazgo capaz de motivar con el ejemplo, la
comunicación asertiva y los incentivos. Pero sobre todo que sea flexible,
creativo, y que fomente el crecimiento constante de esa condición tan enriquecedora.
Involucra
al personal en la totalidad del negocio. Hazlo consciente de los
retos, los riesgos, la generación de ingresos, las oportunidades y los éxitos.
Y que en ese contexto, puedan apreciar la importancia de sus asignaciones.
Otorga también incentivos no económicos tales como el
reconocimiento público, la flexibilidad en los horarios, compensaciones con
tiempo libre y facilidades de estudio y recreación, entre otros. Esto los
alivia de una rutina impuesta por el reloj y repercute favorablemente en su
bienestar y calidad de vida.
Manténgalos motivados en el
tiempo, asignándoles nuevos retos
que los impulsen a superarse constantemente.
Abre
espacios para la opinión, la sugerencia, la crítica y la participación
en propuestas creativas que ayuden en la resolución
de conflictos y en la toma de decisiones.
Como empresario que siempre
está evaluando posibilidades de optimización
y crecimiento, puedo dar fe que influir positivamente en el comportamiento
del equipo humano no solo nos ha llevado a alcanzar los objetivos propuestos
como organización. También ha sido una excelente opción para mejorar la vida de las personas que nos
acompañan en esta formidable travesía.