Por Mauro Libi Crestani. El mercado ha cambiado radicalmente. Ya no solo se requiere que que las ventas estén en un nivel óptimo sino que existe expectativas crecientes en la medida que las complejidades del mercado global se han incrementado y los accionistas, inversionistas, empleados, consumidores y de la sociedad en general que pide cada día de más a las empresas.
Administrar una empresa se ha convertido en un reto ya que las reglas cambian todo el tiempo. El éxito de las empresas hoy en día requiere innovar socialmente, y ese factor lo que implica un esfuerzo extraordinario que a la vez se convierte en un medidor de la la diferencia entre el éxito o el fracaso.
Hoy en día las empresas deben tener un propósito definido que busque forjar un impacto social positivo al mismo tiempo que generan un importante retorno económico. Al responder a las necesidades desatendidas de grandes sectores poblacionales, las compañías no arriesgan su crecimiento económico, sino que lo potencian.
Este tipo de empresas buscan transformar la visión económica contemporánea: en vez de que cada quien vele por sus propios intereses, proponen un modelo de negocio en el que se privilegie el beneficio colectivo. En donde el diferenciador con la competencia sea la inclusión y la innovación – valores agregados que el consumidor contemporáneo no dejará pasar.
Hay que hacer un esfuerzo para crear una cultura empresarial socialmente innovadora: Asegurarse que los trabajadores participen y entiendan la visión social que mueve la acción empresarial implementar, el trabajo en equipo es esencial y la pasión es una fuente permanente de motivación por Mauro Libi Crestani.
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