Uno de los grandes problemas que
enfrentar muchas empresas es la improductividad de los empleados. Aunque suene
extraño grandes, medianas y pequeñas corporaciones invierten mucho dinero en
vigilar a los empleados para evitar que se distraigan, se conviertan en
improductivos y en un conflicto mayor. Las empresas han puesto en marcha
políticas para incrementar la productividad de sus trabajadores y evitar un
pobre desempeño.
Hay empresas que están poniendo mayor énfasis en pautar objetivos
específicos a cada empleado, con el ánimo de generar mayor interés, lo cual les
permite concentrarse en las metas concretas. Se les colocan los puntos para que
sean alcanzados de manera específica y así motivarlos para que las logren.
Es recomendable colocar en las
agendas metas diarias, semanales y mensuales. Siempre manteniendo una
comunicación efectiva con los empleados, supervisándolos. Con las nuevas
alternativas tecnológicas como las red sociales se puede estimular a los
empleados y mantenerlos informados rápidamente.
Hay que permitirle a los empleados
que se expresen, que manifiesten sus ideas, y poner a prueba su creatividad a
través de las redes lo que permite una comunicación fluida entre empleados y
jefes, la retroalimentación y la generación de nuevas ideas y conocimientos.
Los gerentes o supervisores deben
tener en cuenta que los empleados necesitan motivación diaria. La nueva
gerencia le da mayor importancia a la inspiración de los empleados lo cual se
refleja en mayor productividad.
Otro elemento que es necesario que se
entienda es el concepto de fracaso no como un caos sino como una oportunidad
para aprender, y una vía inspiracional para lograr el éxito en el próximo intento. Si no fracasa e intenta de nuevo,
entrará en un estado de inmovilidad o miedo. Hay que impulsar la estrategia de
superar el miedo al fracaso como estrategia para buscar el éxito.
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