Pareciera que estamos en una enorme burbuja de pesimismo que mantiene paralizada a toda la sociedad. Ese pesimismo ha llevado a que buena parte de los actores económicos se les haya empezado a complicar la toma de decisiones inherente a la búsqueda de soluciones a los problemas que se enfrentan día a día. El pesimismo ha llevado a una crisis de incompetencia que seguro traerá consigo consecuencias nefastas.
Uno de las dificultades que se nos presenta actualmente es precisamente que los países y las personas parecieran que se han entregado al pesimismo y con él a la flojera para trabajar arduamente a encontrar las salidas a esos obstáculos. Es importante recuperar la fuerza para asumir los desafíos. Hay que estar claros que la vida sin crisis no tiene méritos.
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Ya lo hemos dicho, la crisis es una fuente de oportunidades, el la vía para que florezca lo mejor de cada quien, para que destaque la creatividad, la innovación. No te pares a esperar la derrota, a sentir lástima de tí mismo, sino que impúlsate y motivate y trabajar duro para salir con los pies bien puesto del atolladero en el que tu crees que te encuentras.
Por Mauro Libi
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