Por Mauro Libi Crestani. Les había contado hace un tiempo que mi padre, un inmigrante italiano que vino a Venezuela durante el período de guerra en Europa entendía muy bien cómo el pensamiento positivo funcionaba como un motor para superar la adversidad y para enfrentar los retos.
Nunca lo vi deprimido o negativo, nunca decía nada pesimista. Siempre me decía que la gente nacía con el pensamiento positivo pero que el estrés y las las adversidades propias de la vida eran como un borrador del optimismo innato.
Me decía que había que arreglárselas para mantenerse positivo y pensar que sí se puede. De él siempre recuerdo esas lecciones, hay que mantener el optimismo frente a los retos, y en especial como empresarios hay que tratar de difundir el pensamiento positivo entre los empleados, ejecutivos, clientes y proveedores de nuestras empresas.
Como se ha repetido tantas veces las personas de éxito se caracterizan por tener una mentalidad positiva y optimista. Si, los pensamientos positivos permiten internalizar lo que se quiere, y aunque el objetivo no se va a desarrollar solo con la internalización, estar enfocados nos impulsa a buscar lo que queremos, a estar seguro de nuestra capacidad para encontrarlo. Hay que trabajar intensamente para conseguir coronar las metas, nada viene por azar.
Cultiva pensamientos positivos, optimistas, cada vez que te encuentres ante un problema, dificultad u obstáculo solo piensa en que siempre hay una solución, un aprendizaje. Mira al fracaso como una forma de aprender de los errores para seguir adelante con más fuerza y llegar al camino que te propusiste. Por Mauro Libi Crestani.
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