Mientras el avance tecnológico continúa abriendo
caminos para proporcionar salud y
bienestar a la humanidad, el cambio
climático nos coloca frente al reto de producir mayor cantidad de alimentos
y de manera sustentable.
El escenario presenta,
por una parte, un aumento poblacional
estimado en unos 9 mil millones de personas en el mundo a mediados de siglo,
una condición que obliga a incrementar
los cultivos.
En
contraparte, tenemos un cambio climático
signado por calor, sequía e inundaciones que amenazan la disponibilidad del
agua necesaria.
¿Cómo enfrentar este reto?
Parte de la
respuesta se plantea en la más reciente publicación de Amanda Little: “The
Fate of Food” donde toca diversos aspectos a tomar en cuenta para ser más
asertivos en el abordaje de la crisis
climática y su relación con la producción de alimentos.
Según la
reconocida profesora de la Universidad de Vanderbilt y periodista, el desafío
es doble: Resolver los problemas existentes de la agricultura industrial al tiempo que nos preparamos para las
presiones que tenemos por delante.
A través de
su obra, Little explora cómo podemos satisfacer
esta creciente demanda y, si no podemos, «¿Qué tan mal estamos
exactamente?»
La
investigadora advierte que el calor, las sequías, las inundaciones, los
incendios forestales, las estaciones cambiantes y otros factores, alterarán radicalmente nuestro panorama
alimentario: lo que comemos, dónde está hecho, cómo lo pagamos y las
opciones que tenemos.
De ahí que
insista en la necesidad de reinventar
todo el sistema alimentario mundial y adaptarnos al clima cambiante.
Indagaciones y advertencias en buen
momento
La
catedrática expone una serie de interrogantes para reflexionar.
¿Pueden los
OGM ser realmente buenos para el medio ambiente y para nosotros?
¿Estamos ante
el final de la carne animal?
¿Qué se
necesitará para eliminar los químicos nocivos de la agricultura?
¿Cómo puede
un suministro de alimentos limpio y resistente al clima ser accesible para
todos?
Además,
enciende las alarmas sobre la demanda de alimentos, la degradación de los recursos naturales indispensables para
lograrlo, como el agua dulce y los suelos saludables, así como la incertidumbre
que causan estos cambios en los sistemas agrícolas.
Una experiencia enriquecedora
Amanda
Little, pasó tres años viajando por varios países buscando respuestas a la
pregunta sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos.
Exploró desde
un huerto de manzanas en Wisconsin hasta una granja orgánica de control remoto
en Shanghai, desde granjas de peces noruegas hasta regiones de Etiopía
afectadas por el hambre.
En su
periplo, conoció lugares claves para entender este fenómeno, tales como una
planta de aguas residuales de California y un laboratorio de investigación del ejército
de los Estados Unidos.
A través de
sus entrevistas y aventuras con granjeros, científicos, activistas e
ingenieros, Little tuvo la oportunidad de comparar enfoques sobre la producción de alimentos, al tiempo que definió un
movimiento que podría redefinir la alimentación
sostenible a gran escala.