Por Mauro Libi.- Si sucediera algún tipo de imprevisto seguramente tendríamos que pedir prestado, porque no contamos con 500 bolívares ahorrados para emergencias. Todos tenemos hábitos en la vida, algunos de ellos son positivos, por ejemplo, hacer ejercicio o levantarnos temprano para ir a trabajar y otros negativos comer a deshoras, fumar o dormirnos tarde viendo televisión.
¿Qué son los hábitos? Hay muchas definiciones. Pero a nosotros nos gusta
explicarlos de la siguiente manera: son una serie de conductas que tenemos, tan
arraigadas, que las hacemos de manera automática: sin darnos cuenta y sin
pensar en ellas. Como, por ejemplo, tomar un café todas las mañanas o hacer una
compra dentro de una aplicación móvil. No nos detenemos a pensarlo demasiado.
¿O sí?
.
¿No hemos puesto a pensar cuáles son los hábitos que nos perjudican en
la relación con del dinero? Probablemente no. Por eso aquí ofrecemos una lista
de los más comunes:
1.- No tenemos claras
cuáles son las metas y objetivos en la vida, tanto a corto como a mediano
plazo. Entonces actuamos en base en los instintos, en satisfacer necesidades
inmediatas. ¿Tenemos ganas de un café? Lo compramos. ¿La pantalla plana que
quería comprar está en promoción, con un descuento atractivo y además a meses
sin intereses? Rápido, antes de que quiten la promoción.
Pero no nos hemos puesto a pensar en el retiro o en la jubilación, o en
lo que más nos gusta hacer en la vida. ¿viajar? ¿Comprar un departamento? Todas
estas son metas que, si queremos alcanzar, tendremos que hacer algo que nos
acerque a ellas. Antes, tenemos que decidir cuáles son las prioridades y esa es
una reflexión ineludible, que desafortunadamente muchos de nosotros posponemos demasiado
tiempo.
2.- No sabemos en qué
gastamos el dinero. Incluso no tenemos demasiado claro cuánto ganamos al año y
en qué meses recibimos un ingreso adicional, por ejemplo, la prima vacacional.
Por eso siempre nos cuesta trabajo llegar a final de la quincena, es más,
seguramente tenemos deudas en la tarjeta de crédito. Siempre nos sentimos
presionados porque no sabemos ni cómo se nos va el dinero y desde luego, cuando
lo hemos intentado, jamás hemos podido seguir un presupuesto o un plan. En
otras palabras, no tenemos ningún control sobre el propio dinero, por el contrario,
nos sentimos esclavizados y estresados porque nunca nos alcanza.
3.- Invertimos sin
conocer, en lo que nos recomendó un amigo, el ejecutivo del banco o peor aún,
en ese instrumento tan rentable que vimos en un anuncio de Facebook. No entendemos
ni cómo funciona, pero todo el mundo lo está haciendo así que ¿por qué no? Peor aún, ya no ha ido mal. O
preferimos comprar dólares y los tenemos en casa esperando que suban, pensamos
que al fin y al cabo eso es lo único seguro hasta que alguien se da cuenta y
decide robarlos.
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