Últimamente se ha dado por relacionar la Resiliencia Empresarial con los
períodos de crisis económica. Pero la verdad es mucho más que eso. La
Resiliencia está ligada también a innovación
y creatividad, a reingeniería organizacional, flexibilidad, adecuación a
escenarios dinámicos e inestables y a la capacidad para cambiar estrategias al
menor costo posible.
Si bien la teoría nos indica que se trata de un proceso
para recuperarnos de los momentos difíciles a consecuencia de los cambios que
se dan abruptamente en nuestro entorno, mi experiencia de tantos años
dirigiendo empresas bajo un enfoque
positivista me ha enseñado que la Resiliencia es mucho más que resistir y
sobrevivir. Es asirse de una experiencia o pronóstico amenazante, crítico y
hasta caótico para convertirlo en un reto más, en una posibilidad de crecimiento y desarrollo.
Por eso es que ya no se aborda la Resiliencia como una
reacción ante una situación catastrófica sino como una actitud vigilante y proactiva para detectar y prever los peligros
latentes, una acción efectiva para resolver y minimizar las consecuencias
negativas y un liderazgo para recuperarse y fortalecerse de la experiencia.
De ahí que la Resiliencia, más que una eventualidad
indeseable para afrontar cambios, es una actitud
y un valor empresarial que debe ser internalizado y fomentado en el público
interno destacándolo como la capacidad para navegar en medio de la tormenta, superarla
y sacar partido de esa travesía.
Ya en su momento, empresas como Toyota, Xerox e IBM
atravesaron momentos oscuros donde los adelantos tecnológicos, la
vulnerabilidad económica, el ataque a su reputación, los aciertos de la
competencia, la obsolescencia de su estructura operativa y la falta de visión
estratégica, entre muchas otras causas, provocaron crisis tan profundas que las
colocaron a un paso de su desaparición. En estos y otros casos ha sido su
cultura corporativa junto a su liderazgo resiliente y capacidad de maniobra lo
que los hizo emerger y volver a lo que siempre fueron, esta vez reformulados
para nuevos desafíos.
En cuanto a Inproceca,
empresa productora de la marca de alimentos a base de avena Avelina, puedo
decir que los altibajos de nuestra economía a nivel local nos ayudó a
prepararnos no sólo para sortear los contratiempos, sino para posicionarnos
como líderes en el rubro de cereales e incursionar en nuevos mercados fuera de
nuestras fronteras ofreciendo productos sanos, nutritivos, variados y de apreciable
calidad a consumidores de Panamá, Colombia, Aruba, República Dominicana y el
sur de los Estados Unidos.
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