Hace
unos meses me preguntaron en una entrevista qué cualidades caracterizaban a un
buen empresario, y no dude al afirmar que una de ellas era asumir nuevos retos,
alcanzar el éxito venciendo dificultades, porque la vida te pone en el camino
todo tipo de pruebas, y porque el mar turbulento es el que hace a un buen
navegante.
Siempre
existirá el peligro de caer en la tentación y sucumbir al desgano y la apatía
ante una situación inesperada o un cambio de
paradigma, pero es precisamente ese espíritu emprendedor, la confianza en tus
capacidades y la responsabilidad ante tus colaboradores la que te hace desechar
esa posibilidad de inmediato.
Asumir
retos en un mundo cada día más cambiante y competitivo, implica muchas veces
recurrir a la creatividad para poner en marcha nuestros proyectos y probar soluciones quizás menos
conocidas pero que igualmente nos lleve a cumplir con las metas propuestas.
Cada
empresa y cada empresario pueden dar cuenta de infinidad de retos muy
particulares que les ha tocado asumir en un momento dado. Sin embargo, puedo
mencionar algunos desafíos comunes y recurrentes de nuestros tiempos: desarrollar propuestas de valor, inculcar y desarrollar la
creatividad y la innovación como parte estratégica, expandirse hacia otros
mercados, incluso el externo. La empresa del siglo XXI está en desafío
constante con los avances tecnológicos, las nuevas condiciones e imposiciones del mercado, la sostenibilidad y
manejo responsable del medio ambiente, la lealtad de los clientes cada vez más
interconectados, la aplicación de un liderazgo sensible y responsable, así como
la identificación de asuntos claves que vulneren la viabilidad del negocio.
En
mi caso puedo decir que a la hora de enfrentar un reto, ha sido de vital importancia el grado de identificación y compromiso
de mis colaboradores para con la empresa, así como la confianza y disposición
que siempre han mostrado bajo un liderazgo que los incentiva a crecer y
desarrollarse profesionalmente, a proponer ideas convencidos que la
innovación debe ser una constante. Y aquí debo resaltar la importancia del trabajo
en equipo organizado, responsable y altamente competitivo, esto es una de las variantes no menos importante que nos ha hecho llegar
donde hoy estamos.
El tejido empresarial de un país es
fuente de progreso y de riqueza necesarios para aumentar la calidad de vida de
la población en términos de empleos, productos de calidad y apoyo a las
comunidades.
www.mauro-libi.com
Visita también:
www.mauro-libi.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario