Por Mauro Libi.- En la gestión empresarial el control juega
un papel importantísimo y está definido como el esfuerzo sistemático dirigido a
establecer estándares de desempeño con objetivos de planificación, diseño de sistemas
de retroalimentación de información, comparación de desempeño real con estos
estándares predeterminados, determinación de existencia de desviaciones y
medición de su significación con el fin de adoptar acciones destinadas a asegurar
que todos los recursos corporativos se utilicen eficiente y eficazmente con el
fin de alcanzar los objetivos de la organización.
Ahora bien el ejercicio administrativo conlleva varios tipos
de control, uno previo a la actividad, otro que se lleva a cabo durante la
actividad, y el que tiene lugar luego de que la actividad se ha realizado.
Estos tres tipos de control se basan en la temporización.
El control preliminar está dirigido a la regulación de
insumos, tales como recursos humanos, materiales y recursos financieros, de
manera de asegurar que se cumpla con los estándares necesarios para que tenga
lugar el proceso de transformación.
La ventaja del control previo es el permitir que la gerencia
prevenga problemas antes de que sucedan, en lugar de tener que aplicar correctivos
luego de que tengan lugar. Lo malo es que se trata de un tipo de control que
necesita mucha información oportuna y precisa que no siempre está disponible.
Se lo conoce también como control preliminar, precontrol,
control preventivo o control de dirección.
El control concurrente tiene lugar al momento en que la
actividad se lleva a cabo, es decir, es simultáneo al hecho controlado.
La idea de este tipo de control es regular la actividad en
curso de manera de vigilar que se ajuste a los estándares de la organización.
Busca que las actividades de trabajo de los trabajadores produzcan los resultados esperados.
Para que el control concurrente sea exitoso se requiere
conocimiento y comprensión de las tareas y de los procesos y la relación de
estos con el producto deseado.
Al control simultáneo también se llama detección o control
sí-no, en virtud de que conlleva puntos de control en los que se determina si
la actividad continúa o no de acuerdo a cómo se observa el progreso de la
misma. Puede que solamente se requiera tomar medidas de corrección para luego
proseguir la actividad transformadora.
El control de retroalimentación es el que centra en los resultados
de la empresa o emprendimiento luego de que ha tenido lugar la transformación. También
se le conoce como post action o
control de salida.
En ocasiones el control de retroalimentación es el único que
tiene lugar.
Su ventaja sobre los otros controles es que proporciona a
los directivos una información significativa sobre la eficacia de su esfuerzo
de planificación.
El control de retroalimentación también puede mejorar la
motivación de los empleados.
Su inconveniente es que de detectarse problemas ya el daño
estará hecho.
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