Por Mauro Libi Crestani
Actualmente,
además de productos o servicios a buen precio, los consumidores se están inclinando hacia las empresas y marcas que tienen un propósito social, y que sean responsables con el medio ambiente.
A
esto se le llama responsabilidad social,
y muchas personas piensan que esto solo les corresponde a las grandes empresas,
sin embargo, la realidad es otra, ya que este es un tema que le compete hasta
al más pequeño negocio, todo es cuestión de conciencia.
Solo
un poco más de la cuarta parte de la mini empresas consideran que la
responsabilidad social es un gasto que no necesitan, sin darse cuenta que se
trata de in inversión que se verá
reflejada en un futuro, mediante la respuesta de sus posibles consumidores.
Recientemente,
la encuestadora mexicana Responsable, llevó a cabo un estudio donde se demostró
que solamente 14.8% de las mini empresas, ven a la responsabilidad social como
una estrategia de negocios. Y es que
si se practica correctamente, generará diversos beneficios en todas las áreas
del negocio, por eso su ejecución debe ser integral.
Cuando
una empresa, por más pequeña que sea, tiene un compromiso corporativo definido y principios éticos, se ve
reflejado incluso en sus resultados financieros, basados en las ventas anuales
e ingresos. Cuando una compañía es catalogada como responsable en el ámbito social,
se favorece su cotización al momento de solicitar un préstamo o cotizar en la bolsa.
Además
de un buen salario, las personas se motivan a trabajar para una compañía con la
que comparte valores y creencias, que tenga ética y una buena reputación, ya
que el hecho de practicar la responsabilidad
social, incrementa los niveles de satisfacción, sentido de pertenencia,
compromiso y lealtad, lo que también se verá reflejado en el aumento de la productividad.
Por
otra parte, esta práctica ayuda a mejorar la eficiencia operativa, ya que
generalmente se reduce la producción de residuos y el uso de agua, así como
también aumenta la eficiencia energética. El objetivo es evaluar el impacto que
se genera en la sociedad y el medio ambiente, y buscar la corrección adecuada,
lo que por consecuencia, incrementará la eficacia de sus operaciones.
Asimismo,
uno de los mayores beneficios que
brinda la responsabilidad social, es el refuerzo y crecimiento de la
comunicación y la credibilidad de los líderes, ya que esto facilita la
negociación con los diferentes grupos de interés.
Gracias
a estos beneficios, a la sensibilidad con los temas sociales y la empatía con
el planeta, cada vez más mini empresas se atreven a apoyar alguna causa
ambiental o social, incluso de forma paralela, demostrando su compromiso con la
sustentabilidad. Esto es apreciado
por los consumidores, quienes están dispuestos a pagar por estas pequeñas
compañías.