Por Mauro Libi Crestani
Cuando
se habla de exclusividad se hace
alusión a algo único, que puede diferenciarse de otras opciones, entonces,
cuando se saca al mercado un producto exclusivo es como parte de una
estrategia de marketing es para poder ganar clientes, ofreciéndoles el privilegio de tener ciertas ventajas
que no podrá tener el resto de los consumidores.
Recordemos
que apostar por lo seguro es arriesgado, ya que en un mercado saturado, ser más
de lo mismo es un grave error, por lo que hay que llamar la atención. Bajo esta
premisa, Rolls Royce fabricó su
primer automóvil completamente a
pedido, convirtiéndose en el más caro del mundo.
Dicha
casa británica cuenta con un nuevo departamento de personalización de vehículos de lujo llamado Coachbuild, especializado para construir las
carrocerías diseñadas a mano en conjunto con cada cliente. El proceso de
desarrollo de este proyecto duró cuatro años, debido a que su diseño está
basado en las líneas de los barcos.
Se
trata de un Rolls Royce llamado Boat
Tail, que pertenece al rapero Jay-Z y su esposa, la cantante Beyoncé. La
inspiración surgió de un vehículo que un multimillonario había encargado en
2013, cuyo diseño debía asemejarse a la combinación de un yate y un avión. Tres
magnates más querían algo parecido por lo que la compañía les propuso compartir
la forma de la carrocería, pero cada uno podría cambiar el diseño interior y los detalles exteriores.
Cuando
aceptaron comenzó el trabajo, que resultó en una pieza que tiene una longitud
de casi 5,8 metros. Su vista lateral recrea las embarcaciones clásicas, el
parabrisas redondeado evoca a algunos cruceros de lujo, y la sección trasera emula
la popa de un yate. Unos paneles cubren un doble portón que se abre en forma de
alas de mariposa donde están dos compartimentos con todo lo necesario para realizar
un picnic.
También
tiene dos mesas desplegables y dos banquetas, pero lo más llamativo es la
sombrilla que sale de ese compartimento trasero. Este modelo, de la más alta
gama de Rolls Royce, incluye también dos relojes reversibles de Bovet. En
total, fueron mil 813 modificaciones
las que se hicieron respeto a un Phantom normal, por lo que su costo sería de
unos 20 millones de libras, es decir, casi 28 millones de dólares.