Por: Mauro Libi Crestani
Cuando estudiamos
la realidad de los emprendedores,
nos damos cuenta de que existen tres tipos, que se diferencian en términos de
tamaño, ingresos, riqueza y oportunidades.
El primero es el dueño de negocio. Este emprendió con el objetivo de no tener un jefe molesto, basándose en la necesidad de sentirse libre y aspirando a tener más ganancias que un sueldo establecido. Generalmente, estas personas ya han trabajado en algo similar y deciden iniciar su propio negocio, confiando en la experiencia adquirida anteriormente.
Sin embargo, es común ver cómo nunca expanden su negocio y continúan haciendo el mismo trabajo que hacían antes, comportándose como empleados y no como empresarios.
El segundo es el dueño de una pequeña empresa. Quienes se arriesgan a iniciarla, tienen objetivos más grandes, son más rápidos en contratar personas que hagan el trabajo repetitivo, mientras ellos se enfocan en el marketing y administración del negocio. No intentan ahorrar, sino que buscan invertir con el fin de conseguir resultados más rápido.
Con el paso de los años podremos ver que, a pesar del esfuerzo realizado, continúan en el mismo lugar, siendo dueños de una pequeña empresa, prácticamente sin cambios, ya que por su visión tienden a descartar oportunidades de expansión y excluyen muchas actividades.
El tercero es el emprendedor. Estas personas también son dueños de un negocio, pero al pasar de los años, se notará su progreso, bien sea en forma de sucursales o con diversos embudos de ventas automatizados y rentables, compuestos por diferentes productos.
Esto se produce gracias a su visión abierta y su pensamiento en grande, igualmente, no invertirá tiempo en algo que no pueda automatizarse, además, evitará definirse a sí mismo de una manera limitante.
La moraleja de este análisis es que el trabajo por cuenta propia, no siempre en un emprendimiento, la diferencia la hace la visión, la estrategia y el empeño que tenga cada individuo que tome la decisión de ser autónomo y crecer para convertirse en un gran empresario.