jueves, 6 de julio de 2017

Mauro Libi: Perseverancia es volverlo a intentar

Si alguien me preguntara cual ha sido la clave para sortear dificultades y avanzar en la adversidad, le diría sin vacilaciones que es una alta dosis de perseverancia.
Sin desestimar cualquier otro valor dentro de la empresa, la perseverancia implica esfuerzo constante, determinación y fuerza de voluntad. Es la que te permite intentarlo otra vez en lugar de desistir.

La historia está llena de casos admirables y curiosos en torno a la tenacidad necesaria para afrontar los retos. Uno de ellos es el de Thomas Edison, quien tuvo que experimentar más de mil “fracasos” antes de inventar la bombilla eléctrica. Su gran frase lo inmortalizó: “10% de inspiración y 90% de transpiración”.
Esa constancia muchas veces obsesiva y delirante es la que ha dado lugar a grandes acontecimientos que cambian el curso de la humanidad. ¿O quién puede descalificar al genio de América en su gesta llena de esfuerzos extremos, fracasos, muertes y traiciones por liberar a cinco naciones?

Ahora, con esto no me refiero a una perseverancia mecánica e irracional por el solo hecho de intentarlo otra vez. Todo lo contrario. Al hablar de esfuerzo constante se supone el esfuerzo inteligente, creativo e innovador que analiza permanentemente los procesos en cada una de sus partes, hasta lograr los objetivos esperados.
Hay un dicho muy conocido que dice “persevera y triunfarás”, pero a ese se le antepone otra sentencia: “Para alcanzar el éxito se necesitan mil fracasos”, y en eso se resume la importancia de ser perseverante, en que cada fracaso nos lleva a comenzar de cero con mayor inteligencia.
Para eso se necesita mucha claridad mental, determinación en tus metas y objetivos, no dejar que nada ni nadie distraiga tu enfoque, ni mucho menos permitir que otros influyan o te persuadan para abandonar tu cometido.
Piensa que en un momento dado puedes tener honestidad, responsabilidad, organización, respeto, calidad, confianza e integridad. Pero ante un momento difícil para la empresa, es la perseverancia junto a la pasión, la disciplina, el pensamiento crítico y la capacidad de adaptación y aprendizaje la nos lleva al éxito, no importa cuántas veces haya sido intentado.

Ser perseverante es una cualidad de quienes amamos y creemos en nuestros proyectos. Hay que recordar que el recorrido del empresario está lleno de momentos cruciales, especialmente difíciles en donde por un momento pensamos que hasta ahí llegamos. Si no fuera por esa fuerza interior llena de convicción y responsabilidad, imagínense cuantos cierres se sumarían, cuantas inversiones perdidas, empleados cesantes, imaginemos cuantas frustraciones y sueños no alcanzados. Por eso es fundamental cultivar el esfuerzo constante dentro de las organizaciones.

Para eso recomiendo buscar soluciones en lugar de culpables y excusas cuando algo salga mal. Cerciórate que absolutamente todos tus colaboradores tengan conocimiento de cuál es la gran meta, rodéate de aquellos que creen en tu proyecto, mantenlos motivados y con tu ejemplo de perseverancia indúcelos a seguir intentándolo cada vez mejor. Si no obtienes los resultados esperados analiza, aprende y vuelve a comenzar.

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miércoles, 28 de junio de 2017

Mauro Libi: Liderazgo positivo y transformador

Para empezar debo decir que no se concibe liderazgo sin espíritu transformador. Un líder no planifica ni desarrolla todo su potencial para que la empresa permanezca igual. Su tendencia original es el cambio, el avance, el crecimiento, la innovación, y para ello debe estar dispuesto al riesgo, a decisiones rompedoras, muchas veces a forzar esquemas convencionales.
Cuando me abordan para conocer lo que, en mi criterio y mi experiencia, debe ser un buen líder gerencial, lo primero que destaco es el pensamiento estratégico; esa capacidad de combinar la imaginación con las técnicas de planificación que hacen posible llevar a la empresa a un estado superior.
En mi caso, he recurrido en muchas oportunidades a un riguroso esquema de planificación para hacer las inversiones necesarias controlando los riesgos: aumentar la producción con tecnología de punta, diversificar los productos y con ello captar nuevos consumidores, aumentar la plantilla de trabajadores y llevar a la empresa a liderar el rubro de cereales.
Este trabajo gerencial sostenido, disciplinado y con excelentes resultados fue seguido por la revista Gerente, ubicándome entre los 100 gerentes más exitosos, al igual que al gerente general de Inproceca, Giovanni Malvestuto el año pasado, por lo que nos llena de mucha satisfacción poder ser una referencia para las nuevas generaciones.
Esa cualidad visionaria pero a su vez calculadora debe estar acompañada lógicamente por el conocimiento necesario, la capacidad para motivar e inspirar a tu equipo, confianza en sí mismo y en lo que se puede lograr, mucha empatía y pasión por lo que hace. Las organizaciones como sistemas dinámicos tienden a desarrollarse, crecer, evolucionar, diversificarse, y el líder debe estar muchos pasos adelante en todo ese proceso.

El liderazgo transformador y carismático tiene ese plus para influir en su equipo y llevarlos con entusiasmo a una misma dirección. Conoce sus necesidades individuales y los hace sentirse mejores, los estimula hacia la creatividad, transmite su optimismo y los conmina a avanzar un paso más de lo esperado. Es un liderazgo profundamente positivo y humanista. Es el liderazgo que marca la diferencia produciendo cambios significativos en la empresa y en las personas que la conforman.

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jueves, 22 de junio de 2017

Asumir retos para alcanzar el éxito

Hace unos meses me preguntaron en una entrevista qué cualidades caracterizaban a un buen empresario, y no dude al afirmar que una de ellas era asumir nuevos retos, alcanzar el éxito venciendo dificultades, porque la vida te pone en el camino todo tipo de pruebas, y porque el mar turbulento es el que hace a un buen navegante.

Siempre existirá el peligro de caer en la tentación y sucumbir al desgano y la apatía ante una situación inesperada o un cambio de paradigma, pero es precisamente ese espíritu emprendedor, la confianza en tus capacidades y la responsabilidad ante tus colaboradores la que te hace desechar esa posibilidad de inmediato.

Asumir retos en un mundo cada día más cambiante y competitivo, implica muchas veces recurrir a la creatividad para poner en marcha nuestros proyectos y probar soluciones quizás menos conocidas pero que igualmente nos lleve a cumplir con las metas propuestas.

Cada empresa y cada empresario pueden dar cuenta de infinidad de retos muy particulares que les ha tocado asumir en un momento dado. Sin embargo, puedo mencionar algunos desafíos comunes y recurrentes de nuestros tiempos: desarrollar propuestas de valor, inculcar y desarrollar la creatividad y la innovación como parte estratégica, expandirse hacia otros mercados, incluso el externo. La empresa del siglo XXI está en desafío constante con los avances tecnológicos, las nuevas condiciones e  imposiciones del mercado, la sostenibilidad y manejo responsable del medio ambiente, la lealtad de los clientes cada vez más interconectados, la aplicación de un liderazgo sensible y responsable, así como la identificación de asuntos claves que vulneren la viabilidad del negocio.

En mi caso puedo decir que a la hora de enfrentar un reto, ha sido de vital importancia el grado de identificación y compromiso de mis colaboradores para con la empresa, así como la confianza y disposición que siempre han mostrado bajo un liderazgo que los incentiva a crecer y desarrollarse profesionalmente, a proponer ideas convencidos que la innovación debe ser una constante. Y aquí debo resaltar la importancia del trabajo en equipo organizado, responsable y altamente competitivo, esto es una de las variantes no menos importante que nos ha hecho llegar donde hoy estamos.

El tejido empresarial de un país es fuente de progreso y de riqueza necesarios para aumentar la calidad de vida de la población en términos de empleos, productos de calidad y apoyo a las comunidades. 



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