jueves, 21 de noviembre de 2019

Los retos de la agricultura ante el cambio climático



Ante los efectos del cambio climático, la humanidad enfrenta el reto de garantizar la alimentación a las próximas generaciones de modo suficiente, sustentable y sin agredir al medio ambiente.

Este fenómeno climático amenaza con aumentar los períodos de sequía, reduciendo la disponibilidad de agua, así como el aumento de la temperatura. Esto trae un incremento de la salinización de los suelos que afectará notablemente a los cultivos.

En ese contexto, La agricultura es actualmente la responsable del 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea (UE), al liberar cantidades significativas de metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero.

De allí que el reto propuesto se enfoque en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura, junto a nuevas técnicas para disminuir el consumo de agua en este sector productivo.

Ya son varios los países e instituciones que avanzan con varios proyectos que logren exitosamente producir alimentos con las condicionantes del cambio climático.

Una es el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrias (IVIA), en el que un equipo de científicos trabaja para que  los agricultores puedan mantener sus cosechas en cantidad y calidad, reduciendo el consumo de agua.

Enrique Moltó, director del IVIA, explica que las líneas de trabajo del instituto se centran en la reducción del consumo de agua con ensayos de cultivos y la optimización del riego frente a la salinización de los suelos, la producción de patrones y variedades resistentes a la sequía y a la salinidad, la investigación sobre los genes que determinan la resistencia a la sequía y a la salinidad y, por último, la producción de variedades de fruta que requieren menos horas de frío, ya que otro efecto del cambio climático es el aumento de las temperaturas.

El académico resaltó la importancia de lograr avances con el riego deficitario que consiste en acostumbrar a la planta a recibir agua cuando realmente lo necesita, ya que “hay periodos del año en que no hace falta o el agua necesaria es mínima”. Sin duda será una modalidad muy útil para las próximas décadas.

Igual valor se le está dando a los cultivos resistentes a la salinización del suelo, un fenómeno vinculado con el aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias.

La Hidroponía también será de suma utilidad para enfrentar el cambio climático. Consiste en consiste en cultivar sobre sustratos (arena, grava o elementos artificiales) en vez de tierra. Esta práctica está alcanzando un gran auge en los países donde las condiciones para la agricultura resultan adversas. Combinando la hidroponía con un buen uso del invernadero se llegan a obtener rendimientos superiores a los que se obtienen en cultivos a cielo abierto.

Por otra parte el déficit hídrico obliga a la racionalización del riego, modernizando las estructuras e incorporando sistemas de riego más eficientes. En la Comunidad Valenciana se está llevando a cabo, en este sentido, una experiencia piloto de tele-monitorización de la humedad del suelo.

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